En el Atlético Marbella Paraíso hay un trabajo fundamental que marca la diferencia. Hoy conocemos más de cerca a Iván Benavides, entrenador de porteros del primer equipo y coordinador de la cantera blanquiazul, cuya trayectoria y experiencia lo convierten en una pieza clave del proyecto deportivo del club.
Con una amplia carrera en el fútbol, Iván ha formado parte del ascenso del Marbella F.C. de 3ª RFEF a 2ª RFEF, ha trabajado en División de Honor Juvenil, participado en la pretemporada con el Al-Sadd SC de Catar (Primera División) y en campus internacionales de porteros en países como India, Estados Unidos y Canadá. Su recorrido, marcado por la formación y la pasión por su labor, aporta una visión moderna, metódica y comprometida al trabajo diario con los guardametas del Atlético Marbella Paraíso.
- ¿Cómo definirías el papel del entrenador de porteros dentro del organigrama de un equipo profesional?
Para mí, el entrenador de porteros tiene un papel muy importante dentro del cuerpo técnico. No solo se trata de entrenar a los guardametas en lo técnico o lo físico, sino de que estén conectados con la idea de juego del equipo. Al final, el portero es el primer atacante y el último defensor, y tiene que entender lo que el míster busca en cada fase del partido.
También creo que somos un punto de unión entre los porteros y el resto del cuerpo técnico. Ayudamos a que se sientan seguros, preparados y con confianza para rendir al máximo. En definitiva, somos una pieza más dentro del engranaje del equipo, y nuestro trabajo influye directamente en la estabilidad y la confianza del grupo.
- ¿Cuánto de lo que trabajas es técnico, cuánto físico y cuánto psicológico?
Yo suelo dividir el trabajo en tres partes: la técnica es la más importante, porque un portero tiene que estar seguro con todo lo que hace en la portería. Luego viene lo físico, para poder rendir al 100% todo el partido, y por último lo psicológico, que es clave para mantener la concentración y la confianza en momentos de presión. Al final, las tres cosas van siempre de la mano.
- ¿Cómo planificas una semana de trabajo con los porteros antes de un partido importante?
Cada semana la planifico según las necesidades del equipo y de los porteros. Normalmente empezamos revisando vídeos del rival y del último partido para ver qué mejorar. Durante la semana, combinamos técnica, físico y situaciones de juego: trabajamos salidas, blocajes, reflejos, juego con los pies… y también dedicamos tiempo a la concentración y la confianza, sobre todo si hay un partido importante.
Me gusta que los porteros lleguen al partido preparados y tranquilos, con la seguridad de saber qué tienen que hacer y cómo apoyar al equipo. La clave está en adaptar cada sesión a lo que cada portero necesita y a lo que el equipo requiere para el partido.
- ¿Qué tipo de ejercicios no pueden faltar nunca en una sesión de entrenamiento de porteros?
Hay ejercicios que para mí son básicos en cualquier sesión. Primero, todo lo que tenga que ver con reflejos y reacción, porque un portero tiene que estar listo para cualquier situación. Después, salidas y blocajes, tanto en tiros cercanos como en balones aéreos. Y también me gusta trabajar juego con los pies y decisiones en el uno contra uno, porque hoy en día el portero es parte del juego de ataque del equipo.
Por último, no puede faltar algo de trabajo mental, aunque sea unos minutos de concentración y visualización, porque eso marca la diferencia en momentos de presión.
- El portero suele ser un puesto solitario y bajo mucha presión. ¿Qué parte de tu trabajo es más de gestión emocional que de entrenamiento?
Sin duda, gran parte de mi trabajo va más allá de lo físico o técnico. Los porteros suelen estar muy solos y reciben mucha presión en cada partido. Por eso dedico tiempo a escucharles, darles confianza y ayudarles a gestionar emociones.
Hablamos de cómo afrontar errores, cómo mantener la concentración y cómo sentirse seguros dentro del campo. A veces solo hace falta hablar un minuto antes del entrenamiento o del partido para que lleguen más tranquilos y centrados. Para mí, esa parte emocional es tan importante como cualquier ejercicio técnico.
- ¿Cómo manejas la competitividad sana entre porteros cuando solo puede jugar uno?
La competitividad sana es muy importante, pero siempre intento que sea constructiva. Les hago entender que cada uno tiene su momento y que todos tienen un papel clave en el equipo, aunque solo uno juegue.
Trabajo mucho en motivarlos, mantener la confianza y que se ayuden entre ellos. Que vean los entrenamientos como una oportunidad para mejorar y que su progreso beneficie al equipo. Al final, un buen ambiente y respeto entre porteros hace que todos rindan mejor y el equipo gane en estabilidad.
- ¿Cómo ha cambiado la figura del portero en el fútbol moderno y cómo ha evolucionado tu forma de entrenar?
El portero ha cambiado muchísimo en los últimos años. Ya no solo se centra en parar balones, ahora es parte del juego de ataque, tiene que jugar con los pies, sacar rápido, leer el partido y participar en la construcción desde atrás.
Mi forma de entrenar ha evolucionado con eso. Antes el foco era más técnico y físico, pero ahora trabajo mucho la toma de decisiones, el juego con los pies y la comprensión del modelo de juego del equipo. Además, sigo dando importancia a lo mental, porque un portero moderno tiene que estar seguro y concentrado todo el partido, tanto en defensa como cuando participa en la salida de balón.
Con profesionales como Iván Benavides, el Atlético Marbella Paraíso refuerza su apuesta por un trabajo formativo y de alto nivel, donde la preparación específica de los porteros tiene un papel esencial dentro del proyecto deportivo.


